Un sistema es un conjunto de componentes con una función definida,
claro que, en conjunto, en armonía dan cumplimiento a una tarea superior.
Si Bertalanffy pudiera
echarle un ojo al «sistema» educativo colombiano, muy probablemente comprobaría
lo que la mayoría de compatriotas cafeteros creemos: ese tal sistema no existe;
al igual que una pila de ladrillos, bultos de cemento, varillas de acero NO SON
un edificio; así mismo n mil personas... unos nombrados casi que providencialmente
como docentes de aula y los otros llevados a unos edificios
(en su mayoría derruidos), vestidos de uniformes que pretenden borrar las
diferencias sociales y de paso las identidades, ese conjunto de personas, esa
mezcla por si sola NO ES UN SISTEMA.
Nos ponen juntos en un edificio
con algunos recursos físicos, existen unas normas ciertamente nacionales, pero
que cada gobierno interpreta y hace cumplir (su propia interpretación) y además
nos marcan unas metas, unos estándares, unos productos
ideales y aún así, reconociendo lo absurdo de este sin sentido,
nosotros (dizque profesores y dizque estudiantes) no nos queremos dar cuenta
que es imposible disfrazar la escuela de fabrica. Todos lo intentamos,
pero no se puede y desde el primer suspiro en la entrada de la escuela se
saborea el gris aburrimiento, la melancolía, y lo peor, sin lugar a dudas es el
sonido, ¡que puede ser peor!: timbres, gritos enardecidos de mujeres y hombres
que intentan meter en cubículos las mentes multiformes de los niños, es una
cruel caricatura.
Las mentes de los niños -aún
libres- se resisten, su humanidad incipiente les obliga a no dejarse, a luchar
con pasión. Y ante este problema de niños indómitos, la
solución del «sistema» es presionar aún más. Un ejército de psicólogos (profesión
infernal por antonomasia) y maestras de apoyo inician la cruzada por forzar lo
que no resiste más. Así llega la marejada de diagnósticos, por los pasillos de
la escuela se ven fantasmas de psiquiatras. Y aún estos ejércitos de
psicólogos, maestras de apoyo y psiquiatras, tarde o temprano se dan cuenta que
son usados por este sistema, El sistema sí que tiene un objetivo, sí que es un
sistema, su objetivo es macabramente claro (cuando se le quiere ver).
El sistema educativo colombiano
NO pretende humanizar, no quiere llevar la cultura y el conocimiento a los
niños, lo que quiere es formar piezas para la industria, y de paso librar a los
padres modernos de perder su tiempo productivo cuidando a sus niños. En
Colombia el sistema educativo es una guardería, en la cual se preparan los
zombies del mañana.
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